Marchas y manchas

febrero 28, 2015 by

Crecí en una época donde sólo había tres canales de televisión: América, Panamericana y la señal estatal. Digo esto porque la mayoría de teintañeros que hoy definen lo que veremos en la tele también creció con una Yola Polastri animando los juegos, un Pepe Ludmir comentando los Oscar y un Rulito Pinasco en un programa concurso para toda la familia. También un Ferrando, un «Papá» Chuimán y un «Machucao» que confabulaban con una dupla de Barraza y Casaretto, tan queridos como criticados por el problema del doble sentido.

Porquería ha habido siempre. Y muestra de genialidad también. Pero hoy, el tema se ha vuelto, como en pocas ocasiones, delicado.

Mi generación vio llegar al señor de Telefónica (o a algún otro) con el famoso cable y una trepanación craneana al mejor estilo Paracas sucedió. México y Argentina mandaban en la televisión. Lo que quedó fue mirarnos al ombligo y creernos eso de que «el tamaño importa». Marketing, participación de mercado, torta publicitaria, focus, todos con indicadores; todos con número. Todo con precisión.

Quizá fue el marketing desenfrenado el que no vio el aviso de «Cuidado: niños cruzando en horario familiar». El acelerador respondía impulsado por ese gran motor que es la libertad. ¿Quién me va a prohibir pornografía blanca en tiempo de libertad de expresión?

El genio de Carlín siempre lo expresará mejor que yo:

Hace mucho se puso de moda en internet asesinar, filmar a la víctima y subir el video. Escalofriante. Hoy hacemos lo mismo con la intimidad, con esa vida no corpórea ni medible del ser humano (como su historia que no se pesa ni se mide). Imposible de entender para alguien que sólo lee excel.

No importa. El carrito de las ventas se estrelló contra ese muro del sentido común, tan humano y a veces discrepante y a veces coincidente, pintado de ese grafitti tan dulce que dice «la cagamos».

La marcha fue un fracaso mediático porque sigue pensando en números (mucha gente) y, por tanto, masa. Y cuando se tiene una masa anónima es lógico el desorden y la infiltración. Y los daños.

Marchemos, pero también hacia el control remoto y hacia la góndola del competidor de todo aquel que anuncia en programas que nos son discrepantes. Marchemos hacia nuestros hermanitos menores y fijémonos qué ven y por qué. Marchemos hacia la gente que nos importa y que no nos importe sólo lo que come sino también lo que ve. Marchemos pero sin fanatismo; en silencio y con cariño, tratando de comprender y proponer. Respetando libertades y discrepancias pero ganando en educación de esa misma libertad y en formación de la razón.

Es mentira que a la educación no le toca educar. Y esto por un argumento muy simple: una cosa es entretener y otra muy distinta embrutecer. Y el entretenimiento, cuando es bueno, también educa.

Lunes

junio 16, 2013 by

Lunes

Intros del Cine

marzo 26, 2013 by

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Francisco

marzo 15, 2013 by

Algunos links que me llamaron la atención sobre la elección del nuevo Papa

En caso de emergencia, rompa la pantalla

febrero 24, 2013 by

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Llevo poco más de siete años viviendo sin televisión. Y no me arrepiento (excepto cuando juega Perú, cuando se inaugura o clausura una olimpiada o el Mundial, durante el Oscar o cuando me pierdo de buena publicidad). Por lo demás, está Cuevana

No veo tele, pero los últimos sucesos salpicaron la pantalla de mi computadora (vía Facebook) : Transmitir el video de la agonía de un periodista asesinado me parece, cuando menos, morboso e irrespetuoso. No lo he visto. Tampoco quiero verlo. Y me apena mucho pensar que sí sucedió.

Hace unos día hubo un asalto en una notaría y al parecer, las imágenes indignaron al presidente Humala. Lamentablemente, yo no comparto la opinión del presidente pues en las imágenes presentadas no veo a nadie morir o agonizar. (Agradeceré discrepancias).

Mostrar cómo actúan unos delincuentes es diferente a mostrar cómo muere una persona. Lo primero aporta la magnitud de un problema («los asaltantes son más avezados cada día»). Lo segundo quita ese momento personal, irrepetible e intransferible, que es el morir.

¿Te imaginas buscar el nombre de una persona que quieres en Google y que aparezca el momento que más quieres olvidar?

Quizá la solución no sea cambiar de canal porque eso no afecta. Tampoco es hablar con palabras porque afecta poco. Pienso que la solución es hablar en el idioma de los números (que es el del rating y la inversión publicitaria).

Quizá el camino sea dejar de consumir todo producto que anuncie en aquellos programas que se preocupan más por el rating que por informar. Es un poco estúpido que yo, como consumidor, dé dinero a quien auspicie o promueva algo que me hace peor ser humano. Y siento, como persona, que lo peor que puede pasar en un periodo de inseguridad es que alguien intente una ganancia de pescadores a mitad de un río revuelto.

Como ciudadano, no sé cómo resolver el problema policial-judicial de un país, pero como usuario de internet, sí sé qué hacer ante contenidos que me parecen inadecuados (bloquear, cerrar pantalla, denunciar como spam, silenciar, opinar en contra, dejar de seguir). Creo que lo mismo debe aplicarse a los medios tradicionales con la facilidad que nos da se parte de esa regla de juego que se llama oferta y demanda

Orígenes

febrero 3, 2013 by

Paperman no sólo es la propuesta animada de Disney para los Oscar (compite en la categoría Corto Animado) sino que, además, es una de las más tiernas discrepancias que he visto en mi vida (aunque no tengo argumentos para creer que esa fue la intención de los directores.

1. Discrepa del cine 3D, de personajes de goma y colores falsos, apelando a un Blanco y Negro que los fotógrafos saben (por es «uso de la luz») que no es un blanco y negro cualquiera sino de aquellos que te llevan a soñar con una Marilyn Monroe o una Audrey Hepburn*

2. Discrepa de la física, de los objetos inertes (como el papel) provocando aquella magia vista ya hace mucho en Fantasía (1940). Que es verdad, que las cosas reales no suceden de ese modo, pero ¿saben? ni el cine, ni los sueños, ni el querer humano obedece a las leyes de la física.

3. Discrepa del significado que «el trabajo» le asigna a las cosas. Por ejemplo: ¿Qué significa «papeles»? ¿Qué es una fila de papeles sobre una mesa? ¿Qué es una mancha? Todo esto, absolutamente todo esto vuelve a ser cuestionado por Disney para hablarnos de poesía en medio de la vida ordinaria.

No sé si gane el Oscar (me gustaría ver los otros films) pero estoy seguro que mañana lunes, al llegar a la oficina, lanzaré desde el cuarto piso de donde trabajo un avioncito de papel.

PD1. No sé si agregar que, al ser gratuito, Disney discrepa de sus viejos modelos de comercialización de films. No lo creo, pero eso ya es otra historia.

*PD2 En este otro video se explica la técnica mixta de 2d 3d usada en el film

Robots, perros y humanos pequeñitos

octubre 28, 2012 by

Me acuerdo de una vieja definición de humano. Hombre, decía, es el animal que habla. Me gustó  (al margen de la ironía que se te pueda ocurrir). Puedes buscar en google zoon phonanta, aunque también te debo decir que se alude más a pensar que a hablar.

El asunto es que hace unas semanas discutía con mis alumnos el eterno dilema de si los animales se comunicaban entre ellos o no. Y claro, es fácil decir que dos perros se comunican entre sí pero, de allí a decir que «estuve hablando con mi perro» hay mucha diferencia.

Es verdad que un niño pequeño no habla. O al menos todavía no sabe hacerlo. Y no por eso deja de ser persona. Precisamente al revés del perro que, por más que lo intentes, difícilmente conversará contigo en un café.

Con las máquinas es más fácil. O era. El experimento de la caja china demuestra que una máquina no piensa

Ver desde 2:15 (Igual no creo que haga daño verlo todo)

Caja china: Imagina que no sabes chino y te contrato para dar respuesta, en chino, a los chinos. Si ves el caracter X, respondes x. Si ves el caracter Y, respondes y. Fácil! Algo así como los cajeros de banco. Y sin embargo ni tú ni el cajero «están pensando»

Contra esto se opone algo llamado test de Turing. Y ha sido esta semana que un programado llamado Bruce Wilcox (61 años) ha vencido el test.

En otras palabras, una persona del jurado ha confundido una de sus máquinas con un humano al «conversar» con ella. Voy más lejos: día a día, mucha gente ya está «conversando» primitivamente con máquinas. Un ejemplo es Siri, de Apple. Digo: ya sabes que no estás conversando con tu iPod y que tu iPod no piensa, pero también que este avance es más significativo porque aleja a las máquinas de los perros y las acerca a los humanos pequeñitos que no pueden hablar, todavía.

Igual sigo siendo de los que se convencen más con la caja china que con el test, pero la convivencia de ambas filosofías me deja pensando en si algún día nuestros amigos metálicos pudieran llegar a pensar y si Data, el robot de StarTreek que no podía contar chistes, podría convertirse en realidad

Imagen de apertura tomada de I am Dany

Comparativa: Tamaño de Ciudades (Perú)

abril 7, 2012 by

Superpuse los mapas de algunas ciudades del Perú, manteniendo la escala de Google Maps (5 Mi – 5 km) y este fue el resultado

Lima

Trujillo

Chiclayo

Piura

Arequipa

Iquitos

Cusco

Al margen de la diferencia (considerable) de extensión, no cuesta mucho imaginar lo que sucederá con las zonas periféricas de las ciudades de provincia, entendiendo que todo lo que ves en cada mapa es, para un limeño, un continuo de edificios, casas y parques equivalente a la ruta Los Olivos – Chorrillos.

Pienso que los accidentes geográficos (ej. un cerro) o las zonas intangibles (Chan Chan) retardarán, pero no impedirán este crecimiento que, sospecho, va en consecuencia del desarrollo económico.

De allí que sospecho que las acciones de inclusión social, formación en valores, reducción de la brecha digital o como quiera llamarse debería considerar esas poblaciones que están en la ruta del crecimiento de aquellas ciudades de provincia, antes de ser devoradas por estas mismas ciudades que, muy en su escala, también quieren ser megalópolis.

Por qué no creo en Facebook como herramienta académica

febrero 29, 2012 by

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Hace unos días conversaba con unos amigos sobre la utilidad de Facebook como herramienta académica  y proponía como inapropiado usar Facebook en el entorno educativo. A continuación, mi razonamiento (que espero destruyan)

1. Las universidades en general han demostrado últimamente (y de manera sobresaliente) que son un poquito inocentes para acercarse a temas relacionados con tecnología y relaciones humanas. Un par de ejemplos:

  • Hacer trámites, enterarse de cosas, decirlas o incluso compartirlas supone usar plataformas no tan amigables y de variado presupuesto en comparación con otras (imaginen  Google, por ejemplo) que son gratuitas, fáciles de usar y, sobre todo, funcionan.
  • Incluso operaciones tan elementales (piensen en el mail) les supone un esfuerzo extra (crear y mantener una cuenta de correo @universidad.com ) y algunos errores inocentes como enviar tres veces al día la misma información (la segunda y tercera ya se puede considerar spam)

2. Facebook es el campo de la libertad. Si uno sigue algo, es porque le da la gana. Si uno acepta una amistad, es por la misma razón. ¿Qué razón tendría un alumnos para seguir a un profesor si en el salón se le dice que «existe un espacio del curso en Facebook»? ¿Lo hará por libertad o por obligación?

3. Si un profesor dicta lo que le gusta, es probable que llene sus muros de Facebook con lo que le da la gana, que en teoría debería coincidir con los temas de la clase que le apasionan. Es un espacio académico natural, pero no forzado (vale decir, sigue siendo un espacio libre).

4. Y si le apasionan sus clases pero tiene en Facebook un lugar donde habla de lo personal, pues tiene el derecho de mantenerlo así (y no está mal en tanto lo use y no abuse). Igual sería un espacio académico en tanto se le enseña a los alumnos cómo estar en sociedad.

5. Ahora, si en la universidad estamos para enseñar y si una de las cosas más difíciles de enseñar es «enseñar a usar la libertad«, entonces ¿Por qué sacrificamos esa cátedra en favor de mostrar la foto de un dibujito cojudo y el paso a paso de cómo hacerlo?

No está mal que un alumno siga a un profesor o un curso en el Facebook siempre y cuando:

1. Haya nacido del alumno (sin presiones; porque le da la gana)

2. Haya seguido las reglas de juego de las redes sociales: espontaneidad, viralización, creación de comunidad, contenido interesante y respeto a la libertad de la persona.

Por favor, corríjanme si me equivoco

El Príncipe, una chica, un zapato e Internet

enero 28, 2012 by

Creo que no hay nada más complejo que las relaciones humanas (ojo, que no he dicho mujeres) incluyendo las que se dan en Internet. Pero, al margen de eso, hoy leí una noticia que me hizo recordar la historia (olvidada) del chico del Metro de NY.

Si he entendido bien el video, El Príncipe del cuento ya no tendría necesidad de ir de casa en casa probando un zapatito de cristal a cada pie del reino para saber con quien bailó anoche. Tampoco usaría Facebook o Twitter. Usaría Veove

La idea es que el Príncipe entre a Veove y con piezas pre definidas cree un dibujo (avatar) donde se describa y la describa (bueno, se describan) según cómo estaban vestidos aquella noche. El asunto se viraliza a través de las redes sociales, dibujito de por medio (acuérdense del chico de NY) y listo: identificados.

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Sé por Genbeta (es un blog) que Veove aún está en pruebas pero eso no impide preguntarme desde ya dos cosas:

1. ¿Buscarías a la última persona que te quedaste mirando por esta vía? y

2. Si él fuera quien te busque ¿Aceptarías conocerle?

Me queda una última pregunta: ¿No es peligroso para una chica caminar Y BAILAR con zapatos de cristal?

Agradezco sus respuestas