Doom es un clásico de los juegos de video. Narrado en primera persona (plano subjetivo), uno hace las veces de un marine en medio de un laberinto. Fue creado en 1993 y requería 4MB de memoria RAM (Para hacernos una idea, las laptops más económicas de hoy vienen con 1024MB de memoria RAM).
La cosa es que, leyendo a Arturo Goga, me entero de una versión on line del Doom.
Han pasado 15 años y ahora podemos jugar sin necesidad de CDs o de instalar nada un juego de moda de aquella época sin dificultad. Todo está en la red.
Particularmente, hoy no me asombra tanto el Doom como el Gran Turismo 5, un juego de carreras bastante real pensado para la PlayStation3.
Los juegos de simulación buscan parecerse a la realidad. Pero una vez conseguido el parecido, ¿qué sigue? A mi amigo Marco le sorprenden las interacciones tipo Wii. En lo personal, me llama la atención:
- el hecho de jugar desde cualquier cosa (teléfono, PC, etc.)
- con cualquier persona (no es el caso del Doom)
- juegos que están en la red o, dicho de otra manera, sin necesidad de descargar nada.
Mientras Nintendo, Sony o Microsoft apuestan por consolas y programas (los mismos juegos), quizá pronto podamos particpar de una nueva generación de videojuegos, que simulen tan bien la realidad, a los que se acceda sin descargas ni registros y, al mismo tiempo, que se puedan operar desde cualquier dispositivo.
Mmm, pensándolo bien, quiza no tan pronto. Estaremos atentos.