Sí; ¿Que daño te he hecho, para que me trates así? Al principio, pensé que era yo, que me descuidé, que te había olvidado. Salí corriendo a comprarte una de tus tarjetas pre pago que tanto te gustan. 20 soles.
Quizá no sea mucho -pensé- pero fue un gesto de cariño. Quizá suficiente. Nada. Seguía apareciendo la típica señal «mensaje no enviado» en la pantallita de mi celular.