Jamás seré un actor porno. Mi talento (espero) apuntará más al contenido que fabrico que a los átomos que produjeron mis padres, hace ya tantos años.
Desde luego que no digo nada nuevo al afirmar que la tecnología ha influido en la manera de producir y distribuir contenidos. De allí que me parece un poquito salvaje (casi porno) pedirle a alguien «que se quede en la oficina» para fabricar contenido de respuesta.
Veamos: Uno entiende que hay tareas que requieren presencia física en un tiempo y lugar preciso (los actores de teatro, por ejemplo). Pero debe haber una forma (la hay) en que el contenido de oficina (ofimática) no solo sea digital, sino que además lo parezca.
Todo el contenido no digital y de oficina (un sello, una firma, una forma impresa, esperar a que se desocupe el anexo) no son sino «elementos» (no quiero escribir lisuras) que no están pensados ni en la funcionalidad ni en la seguridad (hasta los billetes se falsifican)
Creo que las oficinas de hoy en día siguen pensadas como en los 70s (salvo por el tema de espacio, que es más reducido; y de la PC frente al usuario) Sería un ejercicio interesante que en vez de oficina, haya solo mesas con conexión a Internet (así ahorraríamos papel) o que tomáramos un día a la semana para intentar el teletrabajo.
Probablemente descubramos que lo más rudimentario que hay en la oficina no es el sello tampón de madera o el anexo, sino algunas maneras de pensar.
Link: Algunas oficinas de las punto com
P.D. La venta de software en caja también desperdicia papel