No viene a cuento por qué ahora (y no de niño) me decidí por la flauta dulce. Basta con resumir que en esta búsqueda de distracciones he encontrado no sólo verdaderos y simplificados mapas de digitación (esos que explican dónde ponder cada dedo) sino además interesantes manuales interactivos al respecto.
Ya veremos si yo (adulto) puedo prescindir de un profesor (humano) para aprender a decir cosas con notas musicales e instrumentos para niños (y quizá sinfónica).